Con los grandes cambios que siguieron a la Restauración se inició un clima general de crecimiento económico y demográfico. Se comercializaron valiosos productos agrícolas locales y el creciente tráfico marítimo aumentó las actividades del antiguo astillero.

En estas favorables condiciones, el 28 de septiembre de 1817 se iniciaron las obras de construcción de la iglesia dedicada a San Giuseppe. Caracterizado por una sola sala, tiene elementos del barroco tardío, aunque la fachada es neoclásica. En su interior hay numerosas estatuas de los santos que lo decoran.

Entre estos, uno de los más importantes es sin duda el de Sant’Erasmo, obispo de Antioquía, que murió en Formio en 303, conocido como protector de la gente de mar. Al Santo está dedicada la fiesta homónima que se celebra el último domingo de julio desde hace más de cien años. La celebración consiste en una procesión de barcos en la que incluso la estatua de San Erasmo se coloca en un «gussu» (gozzo), el barco típico de Liguria. Por la noche, la evocadora iluminación del golfo, con miles de velas colocadas en el agua por los barcos de pescadores, prepara a los espectadores para un increíble espectáculo pirotécnico.